domingo, 27 de abril de 2014

`Málaga Valley' busca más industrias de guerra para Andalucía


Los medios están aireando el papel que José Bono, ministro de Defensa que lo fue del PSOE y perfecta bisagra con el PP, juega en el proyecto industrial ‘Málaga Valley’, algo así como un polo industrial de tecnologías punta -en ámbitos variados- donde el ramo de industrias de guerra se querría presentar ahora como un importante y dinamizador complemento económico y financiero… a costa, probablemente, del erario público (se entiende).

Para poner en marcha tan pacífico y pingüe objetivo el martes 29 de abril se reunirán en Málaga personas vinculadas a las industrias de armas (1). Quizás esta de Málaga sea la cortina de humo que Pedro Morenés necesita en Andalucía para evitar que se hable de la alarma social [que deja en entredicho las mentiras de los gobiernos del PSOE y del PP] sobre los continuados despidos en Rota y en Morón (2) o el desastre de la industria naval militar en la Bahía de Cádiz, desastre que debería evitarse a través de la total reconversión civil de Navantia (3).





El Ministro de Defensa Pedro Morenés [que parece que sí vendrá a Málaga a tratar de lavar su mala imagen] está en la picota desde que lo nombraron. Hasta el día de hoy la prensa airea sus estrechos vínculos con las industrias de armas para las guerras (4) así como la permanencia en las Fuerzas Armadas de costumbres nada democráticas (5). Y sin embargo el sr. Rajoy le acaba de hacer un gran elogio político colocando bajo su responsabilidad (6) el Consejo Nacional de Inteligencia (CNI), gestión que antes correspondía a la vicepresidenta del gobierno, así como lo mantiene como compañía preferente del rey Juan Carlos en, por ejemplo, su inminente gira como vendedor de armas a Oman y Bahrein (7).

Pero a lo mejor todas estas susceptibilidades mías con Pedro Morenés se me pasan cuando vea al corredor de coches Carlos Sainz asesorar -aunque quién sabe empleando para ello cuánto dinero público- a la Brigada Acorazada ‘Guadarrama XII’ en sus maniobras por suelos desérticos como los que acostumbra a frecuentar el campeón del rallye Dakar (8); o enchufando la caja tonta y viendo que en el programa ese del master chef se va a “cocinar por equipos para 200 miembros de la armada del portaaviones Juan Carlos I. Y para salvarse de la eliminación, prepararán un plato a base de seitán con el que sorprender a seis supermodelos invitadas a la mesa” (9). Sin comentarios.

No, ironías aparte, no creo que se me pasen. No se me puede aliviar la alarma que siento respecto a este belicoso ministro cuando leo frases suyas como esta: «Ya no hay cabida para el concepto de conflictos lejanos porque todos acaban siendo una potencial amenaza para la seguridad nacional», advirtió el ministro de Defensa, Pedro Morenés, para justificar la importante presencia española en la República Centroafricana... (10). Todo es amenazas y guerras para él.

Lo único que me falta por disfrutar de Pedro Morenés es verle, los días 9 a 11 de mayo, con un dorsal de corredor de la Legión, por los montes de Ronda (Málaga) y una botellita de agua para calmar su sed mientras, entrecortadamente, exclama sonriente al término del militarizado evento deportivo: ¡¡ marca España, marca España !! (9).

Málaga debe reaccionar ante esa sombra tan alargada, y triste, que es el Ministerio de Defensa y su impopular Ministro. Málaga debería destacar, como capital internacional de Andalucía, como una ciudad del encuentro, de la Paz, de la cultura solidaria que representa la paloma de la Paz de Picasso, y no como el cuartel en que algunos pretenden convertirla.

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Notas:

(1)
(2)
(3)
(4)
(5)
(6)
(7)
(8)
(9)
(10)
(9)